Replanteando el e-learning hacia el e-learning 2.0

Replanteando el e-learning  hacia el e-learning 2.0
Por  Julio Barroso y Julio Cabero - Sevilla (España)

El presente trabajo nos presenta dos aspectos que son la web 2.0 y e-learning 2.0, que son hacia donde se esta enfocando la formación del siglo XXI. Los  actores nos presenta distribuidos en 3 Secciones.
Se introduce el artículo en como apareció y fue creciendo el termino, marca o moda web 2.0 como una nueva visión de la Educación. Todos estaremos de acuerdo que una de las transformaciones más interesantes que se han producido en Internet en los últimos tiempos, viene de la mano de la web 2.0, que vendría caracterizada por diferentes aspectos, como por ejemplo: es dinámica ya que los contenidos se actualizan constantemente, es colaborativa pues se va elaborando con la participación de un colectivo de personas, las herramientas que se utilizan en la misma suelen ser simples e intuitivas, los programas pueden ser utilizados sin la necesidad de instalar ningún tipo de programa en el ordenador, se trabaja en la nube, ofrecen un entorno amigable e interactivo, y asumir que lo importante no es la tecnología sino la persona que tiene la capacidad de gestionar qué, cuándo y cómo publicar y participar. (Castaño y otros, 2008; Santiago y Navaridas, 2012; Maiz, 2013).
Tal es la penetración del e-learning que se empieza a reconocer que el e-learning es la evolución natural de la educación a distancia (García Aretio, 2006), y ésta tiende a converger con aquella. Educación a distancia, que en el imaginario social colectivo ha pasado de percibirse como una formación de segundo orden a una formación de calidad y recurrente, produciéndose este cambio por una serie de acontecimientos.
Las nuevas tecnologías, en cualquier época de la Historia, tienen un periodo de adaptación durante el cual se mimetizan con la tecnología anterior.
Esta idea de que progresivamente el e-learning tenderá hacia el e-learning 2.0 por su parte, podemos también observarla en cuatro tendencias futuras de desarrollo del e-learning que plantean Max y Lara (2011) 1) la pérdida de la exclusividad tecnológica del e-learning, 2) el afloramiento de aprendizaje informal, 3) la tendencia  ser más social y colaborativo que nunca, y 4) “Anytime, anywhere y anyway”; que se relacionan bastante con la web 2.0.


En la 2da. Sección nos propone que entendemos por e-learnig y su evolución en un trabajo  de publicación de Cabero (2013), que propone cinco grandes etapas de evolución del e-learning: 1) Un enfoque tecnológico, 2) El contenido es el rey, 3) Un enfoque metodológico, 4) Un enfoque sistémico, y 5) El e-learning 2.0.
Podemos hablar de e-learning 2.0, si los usuarios de las aplicaciones Web 2.0 aplican los medios de comunicación, el software social, es decir, como wikis, weblogs o RSS en actividades de aprendizaje colaborativo para producir de manera autónoma su propio aprendizaje de contenidos y utilizarlos para su propios objetivos aprendizaje. Esta definición describe claramente un aspecto central de un entorno e-learning 2.0: Los estudiantes son autónomos en la adquisición de conocimientos, se convierte en el centro del proceso formativo, dejando de ser un receptor pasivo de la información, y por tanto desempeña funciones activas para la construcción de los conocimientos, y no es meramente un lector de los documentos en pdf o html que se le ponen a su disposición por el profesor para que sea leído (e-reading), o visualizado (e-watching) o escuchado (e-listening). En cierta medida podríamos decir que frente a los LMS, los alumnos en un escenario de formación e-learning 2.0., trabajan e interaccionan en lo que podríamos considerar como un “entorno personal de aprendizaje” o PLE (Cabero y otros, 2011; Castañeda y Adell, 2013; Ruiz-Palmero y otros, 2013).
En la 3ra. Sección presenta la visión educativa desde el e-learning 2.0, que nos lleva a la transformación de las acciones formativas virtuales, y no simplemente porque se utilizan herramientas de comunicación, y organización y estructuración del acto docente de forma diferente, sino también, y es lo verdaderamente importante y transcendente porque cambia la concepción del proceso formativo y los roles de los participantes tradicionales en el mismo. Podemos hablar por tanto de una acción de aprendizaje 2.0.
Aprendizaje 2.0 que vendría caracterizado por una serie de aspectos, que Bolivar (2012), nos lo sitúa en los siguientes: 1) Enredado (es fundamentalmente un aprendizaje en red), 2) Conversacional (se potencia la conversación e interacción de los participantes en la acción formativa), 3) Distribuido (en el aprendizaje 2.0 la transferencia de conocimiento no es jerárquica ni unidireccional. No existen roles definidos de aprendiz y maestro), 4) Colaborativo (se potencia la construcción colaborativa del conocimiento a partir de las múltiples aportaciones y conversaciones entre los participantes, 5) Líquido (es un proceso en constante transformación, supone el abandono de la búsqueda de metas estáticas y definitivas y su sustitución por un estado de “beta permanente” marcado por la evolución, la mejora y la experimentación constantes), 6) Abierto (el conocimiento generado es abierto), 7) Informal (es un aprendizaje autoliderado y autoregulado), 8) Ubicuo (no sólo posibilitan que el aprendizaje pueda tener lugar prácticamente en cualquier momento y lugar sino que facilitan una mayor integración entre información y experiencia práctica), 9) Personalizado (la naturaleza informal del aprendizaje 2.0 guarda una estrecha relación con la personalización del mismo), y 10) Híbrido (el aprendizaje es un producto de la remezcla-mashup).
Desde un punto de vista educativo pasar del e-learning 1.0 al 2.0, es pasar como nos sugiere Ehlers (2009, 303-304):
- De la recepción a la participación.
- Del control a la reflexión.
- De un enfoque centrado en productos, a otro en procesos para el desempeño y la   competencia.
- Ir hacia procesos de planificación educativa centrada en los alumnos.
- Del alumno receptor de la materia del aprendizaje, a un desarrollador de la misma.
- Y transformar las pruebas de rendimiento.
En este e-learning 2.0, uno de los cambios trascendentales se produce en los roles a desempeñar por el profesor y el estudiante, y al respecto tenemos que señalar que si el e-learning 1.0, está basado en el profesor que es quién controla, organiza y decide las características del proceso formativo; el 2.0 se basa en el estudiante, que es quién controla, organiza y autorregula su proceso formativo; convirtiéndose, o mejor dicho debiéndose convertir, en un procesador activo de información. Como diría Sbnihi y Eddine (2010, 4), en el e-learning 1.0, el profesor produce y el alumno es un espectador de la clase, mientras que en el e-learning 2.0, el profesor valida y el estudiante produce la información.
De acuerdo con McGloughlin y Lee (2011, 68), que el e-learning 2.0 "Representa un conjunto de métodos y estrategias que difiere de la enseñanza como una práctica didáctica de transmisión de información, sino que aboga por un modelo de aprendizaje en el que los estudiantes están empoderados para participar, comunicar y crear conocimientos, ejerciendo un alto nivel de ejercer el control sobre el proceso de aprendizaje."
Ahora bien, desenvolverse en la web 2.0 no es solo centrarse en aspectos como la producción de contenidos y la información por parte del alumno, sino también, y fundamentalmente, en la colaboración de los alumnos para la construcción de los mismos. Y para ello las herramientas de la web 2.0: blog, wikis, rss, e-porfolios,…, se convierten en unas herramientas de extraordinaria significación. Es asumir por tanto que la red se convierte en un espacio sociocultural de construcción de conocimiento donde la colaboración de los participantes es una pieza clave para ello (Suárez y Gros, 2013).
Dentro de los cambios que para nosotros se presentan entre el e-learning 1.0. y el 2.0., radica en que el primero se centra bastante en los contenidos y en su estructura de presentación, mientras que en el segundo las e-actividades se convierten en un elemento clave y significativo para el aprendizaje de los alumnos en la formación virtual. Entendiendo por las mismas las: “… diferentes acciones que los alumnos llevan a cabo en completa relación con los contenidos e informaciones que les han sido ofrecidos. Si estas actividades son presentadas, realizadas o transferidas a través de la red, entonces las podemos considerar como e-actividades.” (Cabero y Román, 2006, 25).
Pero las transformaciones también deberán darse en el componente de la evaluación, y establecer en este caso, niveles de diferencia en lo que respecta a su aplicación en los contextos de e-learning 1.0 y 2.0, ya que desgraciadamente muchas veces cambiamos las metodologías, las formas de ofrecer y diseñar los contenidos, las estrategias didácticas y las herramientas de comunicación que utilizaremos con los estudiantes; pero seguimos movilizando estrategias de evaluación de una formación bancaria y tradicional, en vez de potenciar el desarrollo de una evaluación auténtica; que se refiere “…a los procesos y productos en los que se implica un estudiante porque son importantes para la vida más allá de la escuela o universidad. La calidad del producto mediado para una EA es el rendimiento intelectual del estudiante”. (Villar y Alegre, 2012, 25).
Lo que estamos comentando nos lleva a contemplar una serie de aspectos que se refieren al hecho de que en la evaluación deberemos contemplar diferentes perspectivas, como son, por una parte la evaluación por parte del profesor, por otra la autoevaluación del estudiante, pero también la coevaluación entre el profesor y el estudiante, y la heteroevalaución y la evaluación entre pares. Se trata por tanto, de llevar la evaluación no a un proceso meramente tecnológico, sino de intercambio social entre el profesor y los estudiantes, y los estudiantes entre sí.
Ahora bien, estas transformaciones suponen superar una serie de retos y obstáculos. Unos se situarán en los propios estudiantes, ya que para que el e-learning 2.0., pueda llegar a funcionar, los alumnos deben tener una implicación directa en el proceso de aprendizaje, aplicar un esfuerzo cognitivo superior al que se requiere para procesos de formación tradicional, y tener unos cambios de actitud respecto a la mantenida en los modelos tradicionales de formación virtual.


También es necesario contar con buenos dispositivos para la formación de los estudiantes y móviles si es posible, y disponer de un ancho de banda adecuado, que facilite el intercambio de información audiovisual a una velocidad no desesperante.
Para finalizar no recalca que el e-learning 2.0, no se refiere únicamente a cambiar las herramientas que pongamos a disposición para el acto educativo, aunque estas sean de la novedosa web 2.0, sino más bien llevar a cabo un cambio de actitud en la formación virtual, que influya desde los roles que los profesores y estudiantes desempeñarán en la misma, has las estrategias de enseñanza que movilizaremos, sin olvidarnos del proceso de evaluación que aplicaremos. ¡Si cambiamos la tecnología y no cambiamos otras variables, no habremos cambiado nada!.
Finalmente la información es suficiente y adecuada y aporta elementos sólidos para continuar con las  discusiones sobre el tema y es recomendada para el lector pues la información se presenta por secuencia para asegurar su continuidad y comprensión global del contenido.  


Juan Carlos Barreto

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